Puedes pensar que en esta vida no existen lo milagros, sin embargo, cuando en los momentos de angustia y desesperación ves que una puerta inesperada se abre adelante tuyo para darte la salida a tu situación, una luz de esperanza se enciende en tu horizonte, aunque tal vez prefieras creer que es un golpe de suerte.
Hay dos formas de vivir tu vida. Una es pensar que nada es un milagro. La otra es pensar que todo es un milagro.
Si te paras en la primera opción, te pierdes tantas bendiciones! Pero si eliges creer en que todo es un milagro, tu vida será muy distinta y estarás descubriendo que el Hacedor de milagros se complace en que le creas.
Dios no acorta su mano para bendecirte. Créele, El sigue haciendo milagros todo el tiempo.
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