Cuando no todo va tan bien como quisiéramos, y las circunstancias adversas nos golpean en el rostro vez tras vez, el desaliento y el temor aprovechan para derramar sus tinieblas sobre nuestros hombros. Sin embargo, la luz de Dios brilla en nuestra oscuridad. El siempre ha estado ahí con nosotros, aunque no le hayamos visto. Aunque hayas perdido algunas batallas, no bajes los brazos ni tengas temor. Dios te ama profundamente, y tiene planes de bien para ti. ORACION: Abre mis ojos a tu verdad, oh Señor. Tú dices que soy más que vencedor. Renueva mi mente perdedora para que sea transformada, por tu Santo Espíritu, en vencedora. Gracias porque así como Tú has vencido, hoy yo puedo hacerlo en tu poderoso Nombre. Por Cristo Jesús, amén
Confía en Dios y encuentra Su perfecta paz
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