El Señor dice:
«Yo te instruiré,
yo te mostraré el camino que debes seguir;
yo te daré consejos y velaré por ti.
No seas como el mulo o el caballo,
que no tienen discernimiento,
y cuyo brío hay que domar con brida y freno,
para acercarlos a ti.»
Muchas son las calamidades de los malvados,
pero el gran amor del
envuelve a los que en él confían.
¡Alégrense, ustedes los justos;
regocíjense en el Señor!
¡canten todos ustedes,
los rectos de corazón!
Fragmento de Salmo 32 NVI
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