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No hay razón para que te inquietes


¿Estás preocupado? Las preocupaciones solamente nos llevan a la enfermedad, afectando nuestro cuerpo y nuestra alma. Poner la confianza en Dios trae salud. Déjalo entrar en tu corazón, y entrégale cada una de tus inquietudes. Su paz, que sobrepasa todo entendimiento, te alcanzará y verás que no hay razón para que te inquietes, ninguna razón para que te preocupes. Dios lleva la parte más pesada.

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