Honrar a Dios es vivir teniéndolo en cuenta en nuestra vida, dándole el primer lugar. Es como si invitaras a un rey a que viniera a vivir a tu casa, ¿qué habitación le darías? la mejor seguramente, pero le permitirías entrar en todas. Así mismo es con el Señor.
Honrar a Dios es escucharlo, prestarle atención y seguir sus palabras. Si el rey que has invitado a tu casa te hablara con sabiduría, ¿le obedecerías? por algo llegó a ser rey, ¿cierto?
Honrar al Señor trae consecuencias buenas. Tu vida es mejor cuando le das lugar a Dios, pero no sólo la tuya, sino también la de toda tu familia.
El honrar al Señor
es una firme esperanza
que da seguridad a
los hijos. El honrar al Señor es fuente de vida
que libra de los lazos de la muerte. Pr 14:26-27
Confía en Dios y encuentra Su perfecta paz
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Confía en Dios y encuentra Su perfecta paz Querida hermana en la fe, En un
mundo tan lleno de incertidumbre, Isaías 26:3-4 nos ofrece una promesa
poderos...