Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción. Allí, donde El me ha plantado, donde viví situaciones difíciles, en el lugar donde lloré, ahí mismo, por Su gran amor, Dios me hizo dar fruto. Confía en Dios, aunque ahora no veas más que desiertos a tu alrededor. A su tiempo, si perseveras en creerle a Dios, verás los frutos abundantes que tu viña dará. Sí, confía en Dios.
Confía en Dios y encuentra Su perfecta paz
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Confía en Dios y encuentra Su perfecta paz Querida hermana en la fe, En un
mundo tan lleno de incertidumbre, Isaías 26:3-4 nos ofrece una promesa
poderos...