Dios es tu refugio de paz. En medio de las tormentas de la vida, tienes una roca firme sobre la cual hacer pie certero. El Señor es quien te sostiene y te da paz, si tus pensamientos han perseverado en El. Por eso, no dejes de enfocar tu mente hacia tu Creador.
Haces bien en leer su Palabra, orar, buscar a Dios cada día y dirigir todas tus preocupaciones hacia el trono del Señor. En los momentos que son más calmos, ejercítate en estas disciplinas hasta que se hagan costumbre en ti. Comprobarás cómo, en los momentos difíciles, todo lo que has estado sembrando, dará su fruto en tu vida. El ha prometido darte su paz, y El cumple siempre sus promesas.
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