Todos debiéramos tener varias Biblias: una Biblia con referencias bien encuadernada para el estudio, y una Biblia de tipo grande, sin ayudas, para la lectura devocional. Éstas al menos. Y si nos lo podemos permitir (y podemos, si queremos prescindir de alguna otra cosa), debiéramos tener una buena traducción moderna o dos.
Su principal valor es estimular el interés permitiendo un cambio de estilo y obtener diferentes matices de traducción con respecto a la conocida versión Reina-Valera.
El dinero gastado en Biblias es dinero bien gastado. El tiempo pasado leyendo la Biblia difícilmente será tiempo mal gastado. La Biblia es el regalo supremo para amigos y seres queridos. Las Palabras dichas en favor de la Biblia son buenas palabras, y, si caen en buenos oídos, pueden resultar ser «manzanas de oro en bandejas de plata».